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16 de marzo de 2016

Ponte.

Ponte guapa
porque no eres de nadie.
Ponte triste
por los que dicen que sonrías.
Ponte fría
por los que creen que lloras con Titanic.
Ponte sabia
por los que pretenden corregirte.

Ponte a gritar
por los que te piden silencio.
Ponte a correr
por los que te regalan tacones.
Ponte a beber
por los que te piden decencia.
Ponte a comer
por los que buscan cánones.

Ponte a reír
por los que te reclaman respeto.
Ponte a follar
por los que sueñan con putas.
Ponte a hacer el gilipollas
por los que te llaman la atención.
Ponte a vivir
por los que te llaman a la vida.

Ponte a ponerte, mujer.

Que no oiga yo el silencio
que implanta el cuchillo.
Que no oiga yo las cifras
de las noticias crecer.
Que yo quiero a Eva libre
y a mi lado caminar.

9 de agosto de 2015

Kleio

Era Kleio, la hija del monarca cuyo padre fue el tiempo
y de éste el señor de firmamentos.

Moradora del Parnaso, ella una de las nueve,
porta piel de Pérgamo y trompetas.

Con sangre en la tinta y palabras de Jenofonte,
para velar mil vidas en mil tierras.

Aquella cuya gracia hace que el tiempo dance
y da voz a los muertos por milenios.

Era Kleio, de las musas hijas de los dioses,
quienes dieron inmortalidad a los hombres.

1 de junio de 2015

La irónica dicha de los niños inocentes.

Dicen
que más allá,
pasados los días eternos
donde la lluvia es hielo
y la bruma es sombra;
nacen fugaces
estrellas
de dolor
y de soledad.

Dicen
que no hay ojos que aprecien
en la tierra de los nietos de Adán
tal destello
de inocencia,
de miedo
y de olvido.

Dicen
que alzan la vista al cielo
buscando gloria,
buscando paz,
buscando vida,
buscando.

Dicen
que quedan
las estrellas caídas
en desesperación,
por azar o por debilidad,
pudriéndose
en la sal.

Dicen
que se tornan en carcasas
y se entierran hondo
en túmulos sin nombre,
y se olvidan sus caras
para perderse
y no encontrarse
en la inmensidad
de los días venideros.



2 de enero de 2014

¿Cómo coño lo hace?

¿Cómo coño lo hace?

Que veo instantáneas de su sonrisa y se me olvida que la odio tanto.
Tanto que encuentro azúcar en lo más agrio, en lo más ácido del presente. 
En lo frío y en las apariencias que parezco querer hacerme creer.
Que lo que creo y temo es que aún queda canela en mis cenizas.

¿Cómo coño lo hago?


19 de noviembre de 2013

400 días

Empecé un día, hace ya 400, a escribir un cuento idílico con una pluma de eterna tinta roja. Pero me me rompieron dicho escrito en mil pedazos ante lágrimas impasibles y palabras de dolor. Hoy en día, 400 después, mi libro es una novela negra cuyo final ya conozco, pues la empecé a escribir desde el final con un lápiz de carbón en un desierto sin agua para llantos. Que lo único que me resta decidir es el cuándo, el cómo, el quién y el cuánto.

21 de octubre de 2013

No te prometo

No te prometo la eternidad de los bienes, ni el olvido de las ínfimas penas.
 No te prometo la plata, ni marfiles, ni ébano encolado para tu tez reflejar.
  No te prometo la perenne perfección, ni la omnisciencia de tus emociones.
   No te prometo la tranquilidad, ni la cordura de los desquiciados.
    No te prometo una vida de continuas alegrías sin mareas que nos extravíen.
     No te prometo una racionalidad inmutable que esta alma pueda soportar.
      No te prometo una pasión soñada que te haga desvelarte en las penumbras.
       No te prometo una riqueza que este emisario te pueda aportar.
        No te prometo historia infinita de sangre, amor y libertad narrada por poetas.
         No te prometo locuras crueles que me inunden y alimenten mis celos.
          No te prometo miedo y la más traumática de las pesadillas de mi mano.
           No te prometo dolor sazonado y las más dulces de las lágrimas.

                                          Pero niña de ojos vidriosos, bien sabes que soy humano, 
                                                 y miento.

10 de febrero de 2013

Descenso

Llueve para todos, indiscriminadamente.
Y lo cierto es que yo me mojo y las gotas me nublan la vista, pero no importa la vista de un ciego en un mundo de sordas mentiras.
En esta experiencia sensible a la que corresponde mi novato corazón defino espirales que guían, ronca y demacrada voz, que susurra baladas, poemas y actos de fe a espaldas del sol.
Actúo y fallo en esta obra póstuma, escrita por un demente que ha perdido el rumbo que le fue ordenado por esta cruenta sociedad. 
No cruel de voraz, ni tampoco de gran violencia; cruel por la lucha y la pérdida. Pero claro, no es cruel, es supervivencia; y por ello soy cadáver, muerto, como una presa.
Me lleva Cerbero en sus fauces terceras, las más oscuras que escupen mares color magenta. De sangres coaguladas y hedor de muerte, castigo de necios y falsos héroes.
Me dirijo al bosque del séptimo círculo, a esperar que mis raíces ahonden hacia el Cocito, y perderme en los hielos de las más indeseables torturas, donde mis fuerzas fallarán y me postraré ante el caído.
Allí donde el aire es ventisca y las cadenas atan la sombra. Con espadas de sangre helada, partiré los aceros sedientos de poder, y todo será nada, en una fría oscuridad eterna.


2 de febrero de 2013

Otro de esos escritos estúpidos que habla de gilipolleces y que, por razones que no alcanzan a mi entendimiento, tanto me rondan en el subconsciente en estos últimos tiempos de forma oscura y dolorosa.

Permíteme recordarte, 
alma de ojos vidriosos;
cuando nos dedicábamos miradas 
en vez de cumplidos.

Cuando mis pasos los guiaba la felicidad
y no una débil esperanza.
Cuando el deseo era pasión
y no crear encrucijadas.

Cuando las palabras eran dulces
y no ácidas y cortantes.
Cuando el calor inundaba el espacio
y los colores eran claros.

Color añil y magenta,
del frío que camuflaban los besos.
Color añil y magenta,
del calor que emanaban sus labios.

Color amarillo y negro,
de sonrisas ensangrentadas.
Color amarillo y negro,
de la locura y la insania.

Llora para mí un río, como decía la canción,
de aguas dulces que revivan mi interior.
En el que se refleje un futuro
que me despoje del temor.
Que así su corriente y cauce
me guíe hacia el amor.

Que vuelvan las fuerzas
a los dedos de mis manos,
para tocar esos acordes 
prohibidos y olvidados.
Pues son acordes felices
exentos de llanto.

El billete, como me dijo el barquero,
pertenece al feliz. Y yo,
alma gris, anido en prados negros;
donde espero mi billete
como devoto un milagro
o agua el sediento.

Pero no me es dado más
que falsa esperanza. 
Igual de útil que para un pez
una fotografía del agua.

Y me hundo hasta el abismo,
donde mi vista no es necesaria.
Y me hundo en la locura,
y mi cordura se desata.

Las luces en las noches
perdieron todo el brillo.
No hay calor que me resguarde, 
de todo este frío.

Designa culpables, traidores y sombras.
No entones siquiera el "mea culpa".
¿Soy mentira y no verdad?
¿Acaso un sujeto a modo de parche?
Sentirse nicotina no es bueno
para alguien que siente todo en balde.



16 de enero de 2013

Rojo y azul

Recuerda las calles de Septiembre
como oda, a imagen del francés.
Imágenes en blanco y negro
que hieren cual balas su fe.

Déspota, César, tirano gris,
justa injusticia engalanada
en firmas con plumas de oro,
dinero, su alma estancada.

Comercia con sangre e ideas,
billetes de piel muerta,
diamantes rojo brillante
y rifles de madera negra.

Donde el sol muere brilla fuerte,
y muere por donde nace el sol.
Dos bloques eternos de mundo
que insaciables alzan su voz.

Y el azul se mezcla con el rojo,
y el verde con el pardo así.
Colores que gritan historia
tan fuertes me hicieron partir.


9 de enero de 2013

Horror dual


Sus rojas mejillas por el abrigo del sol.
Sus nudillos helados por el aliento invernal.

Sus cabellos oscuros como pico de cuervo.
Sus tez brillante, rosada y jovial.

Sus sentimientos su símbolo de debilidad. 
Sus ideas se muestran para sí leal.

Sus victorias guardadas en baúles ficticios. 
Sus derrotas iluminan en oscuridad real.

Muchacha, luz de mi ocaso, 
enterrarás mis huesos en ataúdes de ébano y marfil.




7 de enero de 2013

Caminante gris

Como el caviar que explota
en sus bocas liberando aromas de mar
explotarán mis venas cuando
mi corazón no lata nunca más.

Y así descienda la niebla
a los campos de duda y miedo,
por un futuro en el que el Sol y la Luna
no mueran más en su feudo.

Ojos oscuros jamás lúcidos
ahora llorosos por la mentira vil,
añora y desprecia cual hielo y fuego
recuerdos ya fríos que tornan añil.

En una terrible dualidad
fruto de mi mente enferma e insana,
mi cuerpo, coraza de cuero
mi alma, ya sin mañana.

Dirige así sus pasos cual caminante errante
y los acantilados grises le esperarán
y la murria le invade, recordando tiempos felices
para así luego no levantarse jamás.



4 de enero de 2013

.357

                   *Click* Un reloj de 6 horas, vacío y sin nada. 

                      *Click* Una hora de plomo que quema y que mata. 

                        *Click* Ya no está vacío, en él su hora marcada. 

                           *Click* Un pulgar se desliza sobre un cuerno de plata.

                             *Click* Un acero frío sobre su sien helada. 

                               *Click* Un último suspiro que su mente desata. 
  
                                  *Click* Su índice en la hoz que le conducirá a la nada.

                                    *Click* Y cierra sus ojos.                              

*Click*