18 de diciembre de 2012

Cenizas de un diario

Como un libro interminable, una historia de extremos. Las lenguas doradas torturan las páginas, mis recuerdos, gritando silenciosamente entre las chispas. Quiero arrancar las páginas, vilmente olvidarlas en el fuego, pero mi yo idiota se niega, él sueña. Me obligará a salvaguardar las páginas, esconder el dolor en la oscuridad absoluta de mi ser. En rincones donde no fluya el tiempo y las preguntas no lleguen. Y allí esperarán, hasta que el tiempo pase, el olvido las mine o la luz las salve.


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