Era Kleio, la hija del monarca cuyo padre fue el tiempo
y de éste el señor de firmamentos.
Moradora del Parnaso, ella una de las nueve,
porta piel de Pérgamo y trompetas.
Con sangre en la tinta y palabras de Jenofonte,
para velar mil vidas en mil tierras.
Aquella cuya gracia hace que el tiempo dance
y da voz a los muertos por milenios.
Era Kleio, de las musas hijas de los dioses,
quienes dieron inmortalidad a los hombres.